El Líbano, con una población aproximada de 4 millones de habitantes, acoge actualmente a 1,6 millones de refugiados sirios. Este incremento significativo de la población ha mermado la calidad de los servicios públicos (infraestructuras, vivienda, educación, sanidad, etc) y las finanzas públicas y ha supuesto una presión añadida sobre el medio ambiente y los recursos naturales existentes (como los recursos hídricos), incrementando la tensión social entre la población la libanesa y los refugiados.
El caso de Qaa, localidad situada en el extremo noroeste del Líbano, a 14 kilómetros de la frontera con Siria no es una excepción a esta realidad. Por eso, AIDA y su socio local ILDES han puesto en marcha «One Drop for Peace» (Una gota para la paz) proyecto financiado por la Unión Europea que ha permitido la reparación de 7 kilómetros de canalizaciones de agua, mejorando el abastecimiento y la distribución de agua.
Para asegurar el éxito del proyecto, la rehabilitación de infraestructuras se ha acompañado de sesiones de sensibilización, adaptadas al contexto cultural, en las que han participado más de 300 estudiantes, 120 mujeres libanesas y sirias y 24 profesores de la zona.
La participación tanto de la población libanesa como siria en las sesiones ha sido fundamental para poder transmitir los mensajes sobre agua y saneamiento y potenciar un uso adecuado del agua en los hogares, y su implicación en la higiene y la salud. La actividad ha facilitado, además, un punto de encuentro en el que compartir preocupaciones y desde el que contribuir a fomentar el diálogo entre ambas poblaciones.